lunes, 23 de marzo de 2020

Nuevo Hollywood

 Bonnie & Clyde (1967) de Arthur Penn

Hacia finales de los años 60 se estrenaban dos películas: "Bonnie & Clyde"  y "El Graduado"​.

"Bonnie & Clyde" (1967) del director Arthur Penn, tenía el desparpajo y el desenfado de tomarse la historia de dos bandidos de los años 30, con un violento sentido del humor y un lenguaje naturalista. Era una nueva versión de la vida de dos atracadores de bancos: Bonnie Parker y Clyde Barrow, encarnados por los actores Faye Dunaway y Warren Beatty. Contaba con guión de David Newman y Robert Benton, en el que intervino François Truffaut. Sin embargo, lo importante fue que en manos de Arthur Penn, se convirtió en una representación sin maquillaje de la violencia y la vida afectiva y sexual de dos forajidos.

"El Graduado" (1967) de Mike Nichols, se entrometía y rasgaba las vestiduras del discreto encanto de la clase media estadounidense, contando las insolencias de un muchacho que salía de la universidad, no para triunfar en la vida profesional, sino para liarse con la madre de su novia y dejar así a toda la familia en vergüenza. Y para colmo, con un  protagonista que ni siquiera era el típico americano, blanco, sajón y protestante, sino que lo encarnaba Dustin Hoffman, un tipo bajito, de origen judío que no tenía ni el pelo rubio, ni la tez pálida, ni los ojos azules. 


El Graduado (1967) de Mike Nichols​.

En el libro: "Moteros tranquilos, toros salvajes"(1998), el periodista Peter Biskind establece el inicio del llamado Nuevo Hollywood, precisamente en el año 1967, recurriendo a "Bonnie & Clyde" y "El graduado", como los largometrajes fundadores.



Ambas películas cumplían con los requisitos formales y temáticos de lo que sería el Nuevo Hollywood: arrojo en la puesta en escena, originalidad en los personajes, y crítica del modelo de vida americana. De la misma manera que el rock hippie californiano era la cara musical de la contracultura de los 60, la nueva generación de estos jóvenes cineastas sería el rostro fílmico de aquel movimiento. 

Por estas mismas razones: la Guerra de Vietnam, el crimen organizado, la vida difícil en las grandes urbes o el mundo de las drogas y la delincuencia, se transformaron en material artístico en manos de cineastas inconformistas como: Coppola, Scorsese o Brian De Palma, que  tomaban sus precedentes en el neorrealismo italiano y otros autores de cine europeos.

"El padrino"(1972) 

Francis Ford Coppola, el mayor y más extrovertido del grupo, utilizó un cine de estudio como "El padrino"(1972) para introducir una visión desencantada de la sociedad americana. Ya con el dinero en el bolsillo de la taquilla recaudada hizo sus trabajos más personales: "La conversación" (1974), "El padrino II" (1974) y "Apocalipsis Now" (1979). 


"Toro salvaje" (1980)

Martin Scorsese , el más cinéfilo y callejero, empezó desde la orilla contestataria como asistente de director en Woodstock (1970), para luego desestabilizarnos el ánimo con los personajes antihéroes de "Taxi driver" (1976)  o "Toro salvaje" (1980).
"Carrie" (1976)


Y Brian De Palma, el más cáustico e incomprendido del grupo, comenzaría con comedias disparatadas como "Hi, Mom!" (1970) y entregó lo mejor de su arte a través de "Carrie" (1976) y "Estallido mortal" (1981). 

"Tiburón" (1975)

Junto a los tres barbudos ítaloamericanos: Coppola, Scorsese y De Palma, un par de barbudos más, Steven Spielberg y George Lucas, tan cinéfilos como ellos, pero con tanta necesidad de grandes presupuestos como el mítico Cecil B. De Mille.

"La guerra de las galaxias" (1977)

Autores respectivamente de "Tiburón" (1975) y "La guerra de las galaxias" (1977), sus películas devolvieron la confianza a los grandes productores norteamericanos y marcaron el comienzo de la moderna superproducción y, a la vez, el inicio del fin del Nuevo Hollywood, probablemente el movimiento más importante, inquieto e influyente que el cine americano haya experimentado en su historia. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario