MORISOT

Berthe Morisot  (1870) Édouard Manet

Berta Morisot (1841-1895) nació en Bourges (Francia), en el seno de una familia burguesa de clase alta, su familia estimó que sería propio de unas señorita s dedicarse al arte e impulsaron a ella y a su hermana Edna a aprender a pintar. En 1861, Morisot, que tenía 20 años, conoce a Corot, un pintor en la etapa final de su carrera, pero que se da cuenta del potencial artístico de la jovencita , que se convierte en su discípula para conocer los secretos de la escuela de Barbizón (pintores paisajistas)

La intención de sus padres se corresponde con la idea de una jovencita burguesa, de buena familia y sin problemas económicos ni sociales, que podría perfectamente matar su ocio y demostrar habilidad en algo tan bien visto socialmente como pintar.

Pero Morisot fue más allá, se convirtió en una pintora, aprendiendo y comprometiéndose con la realidad de una profesión, y así lo hizo, y para ello nada mejor que adherirse a la vanguardia del momento, aquel grupo que se reunía en el café Gerbois, jóvenes como ella y muy ilusionados con crear un nuevo concepto artístico.

En 1868 conoce a Eduard Manet y nace entre ellos una gran amistad, de su mano conoce las nuevas tendencias pictóricas, que por cierto Manet no practicaba, pero es Morisot quien convence a Manet de la importancia de pintar del natural y al aire libre. Pronto adquirió la técnica de aquellos jóvenes que pintaban al aire libre, intentando captar la luz convertida en color.

Se presenta en el salón de Paris en la edición de 1864 y continuó exponiendo hasta que el 1874 participa en la gran exposición del fotógrafo Nadar, Berthe presenta en aquella ocasión su cuadro “La cuna”. Ese mismo año se casa con Eugene Manet hermano del pintor.

A pesar de la calidad de sus obras Berta Morisot siempre fue considerada, tanto por el público como por la crítica, y quizás también por algunos de sus propios compañeros, como una “artista femenina” basándose en los temas de sus obras: niños, mujeres y escenas domésticas.

Hay que tener en cuenta que Morisot era una mujer de la alta burguesía parisina y su vida estaba rodeada de las escenas que pintaba, ella tenía poco o escaso acceso a los temas más conflictivos, sociales o costumbristas, pero lo cierto era que su pintura y su técnica pictórica era del más depurado estilo impresionista.