Salvador Guzmán trabaja en la policromía de la imagen y realiza una nueva sujeción a la cruz
El Cristo de la Sangre de Baena, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2015, ha vuelto a su templo tras ser restaurado por las manos de Salvador Guzmán, quien afrontó su primera restauración en 1985. En este segundo trabajo se le ha realizado una limpieza más exhaustiva, «lo que nos ha permitido recuperar la policromía prácticamente original» puntualizaba el restaurador. En este proceso el Cristo se ha confrontado con otras obras del imaginero Pablo de Rojas, maestro de Juan Martínez Montañés, y «podemos defender que estamos ante una imagen de Pablo de Rojas auténtica».
En palabras de Salvador Guzmán se trata de «una imagen extraordinaria dentro de su producción cristífera. El Cristo Crucificado de Pablo de Rojas vivo más importante que hay». El restaurador databa la talla entorno al «1600-1601, una imagen de tránsito del Renacimiento-Manierismo al Barroco» y apuntaba que «esta imagen concretamente es un eslabón muy importante en esa cadena del conocimiento que supone la imaginería andaluza».
No hay comentarios:
Publicar un comentario