Para la inauguración de nuevo CAIXAFORUM de Sevilla, se presenta una exposición antológica de Anglada Camarasa, artista del modernismo catalán del que Fundación la Caixa posee el propio fondo que dejó el artista y otras adquisiciones, con un total de más de 500 piezas.
En la muestra, comisariada por el profesor Francesc Fontbona, se traza un recorrido a través de 94 obras, alguna procedente del Museo de Bellas Artes de Asturias, Colección Masaveu de Palma y la colección particular de Josep Coll, así como de la Biblioteca de Cataluña. Es la primera vez que se pueden ver en Sevilla tal cantidad de obras de este artista y se podrá visitar hasta el 20 de agosto.
El recorrido se inicia en su etapa del realismo rural, su llegada a París, el choque con el color y el posimpresionismo. También se presentan obras de su etapa mallorquina y su último refugio en Montserrat. Mención especial merecen las litografías de la Biblioteca Nacional de Cataluña, «nunca se han expuesto y Anglada no las hizo para su venta, sino por gusto. Es la primera vez que se reúnen para una exposición», manifestó el comisario.
Hermen Anglada-Camarasa (1871 - 1959) vivió como protagonista algunos de los momentos más importantes de la historia del arte de la primera mitad del siglo XX. Estudió en Barcelona y a finales del siglo XIX viajó a París. A partir del año 1900 su nombre se convirtió en referente internacional.
En sus inicios cultivó un sólido realismo rural muy detallista, pero tras su contacto con París desarrolló un luminoso posimpresionismo personal con fuerte impacto simbolista. Al principio pasó dificultades y penurias, pero pronto su fama se extendió. Posteriormente se inspiró en el folclore de Valencia, visto como canalización de un colorismo rutilante que le valió la admiración de Kandinsky, Meyerhold y Diaguilev.
Durante la Primera Guerra Mundial se refugió en Mallorca, lo que trastocó de nuevo su estilo. Sus últimos cuadros verdaderamente creativos fueron realizados durante la Guerra Civil Española, condicionados por la peculiar orografía de Montserrat.
La exposición está concebida como un recorrido por la trayectoria del pintor. Las obras están ordenadas a través de sus etapas desde el realismo rural inicial, pasando por su llegada a París y el choque colorista, el posterior posimpresionismo y su incorporación del folclore valenciano, del que surgieron obras tan fundamentales como El ídolo (1910) o Novia valenciana (1911).
La muestra también ahonda en su retirada a Mallorca y en su posterior refugio en Montserrat. Incluye las principales obras del artista, sus óleos llenos de color, y se completa con dibujos a lápiz y carboncillo, una amplia selección de litografías e, incluso, objetos personales del artista.
Durante los primeros años del siglo XX en París experimentó con la litografía, de la mano del artista y aristócrata galés Albert de Belleroche. Hasta muy recientemente, su producción litográfica conocida se reducía a algunas estampas conservadas en el British Museum de Londres, el Museu d’Olot, el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y algunas colecciones particulares.
En un fondo procedente de los herederos de Belleroche localizado en Brighton (Inglaterra) se encontraron varias estampas, algunas de ellas completamente desconocidas. La Biblioteca de Cataluña adquirió parte de las estampas para su colección y ahora se muestran en CaixaForum Sevilla. Esta selección constituye la muestra pública más extensa hasta la fecha de esa obra litográfica.
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